Rastros de tinta...

En cada oración de mi vida... eres el conector que une verbos y sustantivos.

Una hoja en blanco puede llenarse de garabatos... graciosos, increíbles. Pero facilmente un soplo de tu aliento espanta cada trazo dibujado. Tan posesivo, tan egoísta... que incluso le robaste protagonismo al propio papel. Aun así no me molestó, abrí cada libro que deseaste y cambie cada pagina que quisiste llenar. Tu nombre era el autor de mi vida y tu sonrisa, protagonista principal. Tanto como amor profesaste en cada primer verso, crueldad destilaste en los últimos párrafos. La tinta se volvió sal y las letras se tornaron borrosas bajo el mar... ¿Acaso no terminaras la historia? Aun quedan paginas que llenar, mas tu gastas sonrisas en oraciones ajenas. He de saber el final y aun así no pondré un punto a tus ultimas letras... solo piensa que espero al nuevo autor de mis emociones y no regreses para reescribir esta dolorosa historia... donde tu nombre continuara imborrable en la portada de algo jamas olvidado.

Dedicado a mi querida amiga Isa...